Es cierto que se produce mucha basura, pero eso ocurre en casi todas las actividades humanas. La paja es siempre más abundante que el grano.
Escribir para los más pequeños requiere de un esfuerzo creativo e intelectual igual o mayor que en los ensayos más complejos, en las reflexiones poéticas más profundas o en las historias con argumentos y tramas más intrincados.
Para lograr la aparente sencillez, para conmover y motivar a los más pequeños, para penetrar en su mundo y conquistar sus fantasías se requiere de auténtica calidad y verdadero trabajo.
Admiro, respeto y valoro a quienes producen literatura para pequeñines.
¡Gracias por existir creadores de mundos y de magia!
¡Gracias por sembrar en terreno fértil!
Luis Carvajal Núñez