jueves, 30 de junio de 2011

Dinorah Coronado: “Hay que colgar un poema en cada poste”

Del Blog de LUIS MARTÍN GÓMEZ


Escritora vegana residente en Estados Unidos. Ha obtenido, entre otros galardones, el Premio Nacional de Literatura Infantil, el premio Barco de Vapor y el premio de novela Letras de Ultramar.


Su risa es estridente como la de una niña que aún no ha sido domada por los convencionalismos sociales y se expresa con analogías simples de campesina virgen a la que todavía no deslumbran la ciudad y sus espejismos.

Parece una niña, Dinorah; ¿será que es Peter Pan redivivo? Mirada pura tiene y se le iluminan los ojos cuando suena el silbato del viejo tren que viaja hasta la estación de las maravillas.

Cuentan que allí, donde la vida ocurre de mil maneras al mismo tiempo, ella pagó con mariposas un viaje hacia Jumunucú para hablar bajo un almendro con su padre, Domingo Coronado, sobre su triunfo en el primer maratón La Vega-Moca celebrado en 1928.

De esas conversaciones nació Soy campeón, su novela juvenil editada por Alfaguara.

LMG ¿Cuál es el mensaje que quieres que capten los jóvenes lectores?
DC Que descubran que pueden ser campeones cada día siempre que se impongan una meta definida y se preparen para llegar a ella.

Dinorah, quien además de escritora es psicóloga y consejera escolar, propone que los jóvenes compitan con ellos mismos, monitoreando su progreso, corrigiendo las fallas y fortaleciendo los logros. “Ahí está el ejemplo de mi padre, que pudo ser campeón de maratón venciendo muchas dificultades, corriendo descalzo entre montes y caminos pedregosos, siendo constante en su entrenamiento, teniendo fe en lo que hacía”.

En Soy campeón, Dinorah Coronado remonta a paso doble hasta sus primeros recuerdos en La Vega, haciendo un recorrido por la fundación de esa ciudad, la leyenda del Santo Cerro, cómo se vivió en provincias la primera ocupación estadounidense a nuestro país, la reacción de los veganos a la llegada del automóvil y de la electricidad.

LMG Hay mucha añoranza en tu novela, Dinorah; ¿será que prefieres tu pasado pueblerino a este presente de escritora en una mega urbe como Nueva York?
DC El pasado siempre nos parece mejor. Con esta novela, yo quería acercarme a una comunidad en un tiempo en el que no había tanta tecnología como ahora. Me dicen que en mi pueblo el cartero no sabía leer por lo que tenían que hacerle dibujos para ayudarlo a ubicar las direcciones. También me han hablado de las películas que ponían en el Teatro Progresista, cintas de Charles Chaplin o las mexicanas que fueron tan populares. En fin, la idea era dar un paseo con mi padre a través de esos recuerdos, tender un puente para reunirme con mis antepasados.


Por los 411


Dinorah Coronado ya había sobresalido con algunas jugadas artísticas cuando la sacó por los 411 con Rebeca al bate y dos cuentos más, libro con el que ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil, un galardón que se suma al primer premio de narración de la universidad Passaic, Nueva York; primer premio de poesía de la Asociación Dominicana en Nueva York; premio Barco de Vapor de la editorial SM por su novela Juanito y su robot; premio Letras de Ultramar por su novela A la sombra del flamboyán; y premio de literatura infantil de la Sociedad Renovación, Puerto Plata, por su obra Cuentos encantados. Como se puede ver claramente, Dinorah es una triunfadora de la carrera literaria en la que corre, igual que su padre maratonista, con creatividad, tenacidad y disciplina.


LMG Trabajas básicamente para los primeros lectores, los niños, ¿qué acciones sugieres para motivarlos a leer más?
DC A veces pienso que en cada poste de luz debería haber un poema, un cuento, la portada de un libro, que llame la atención de la gente sobre la literatura; también creo que los libros deberían venderse a más bajo precio para que estén al alcance de la mayoría; y además, me parece que los padres deberían apagar el televisor durante un rato y ponerse a leer junto a sus hijos, para crear niños lectores pero también niños autores que se animen a contar sus experiencias.

La idea de Dinorah de colgar poemas y cuentos en los postes de luz es factible. En Paseo de la Reforma, México, colocan en las aceras mini vallas con poemas que los transeúntes pueden leer; en Orihuela, España, donde este año conmemoran el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, hay pancartas con sus poemas que cuelgan de los balcones de las casas y comercios; en Santiago de Chile, hay pedigüeños que cambian poemas por monedas… De manera que es posible hacer algo similar en nuestra ciudad, poniendo mini ficciones en las vallas usadas tradicionalmente por los políticos, con lo cual nos libraríamos de paso de sus fotos con sonrisas fingidas y sus promesas fabulosas; e imprimiendo poemas allí donde suelen exhibirse licores o cervezas. Se vale soñar…
El autor es periodista y escritor
Entrevista en video disponible en 
www.youtube.com/yolayelou

martes, 28 de junio de 2011

Salutación a Margarita Luciano


Eleanor Grimaldi Silié: Salutación a Margarita Luciano, el día que le dedicaron una calle en la XIV Feria Internacional del Libro – Santo Domingo 2011

“El alma de un niño nos convoca y ella es un caudal de recursos que Margarita como un hada ama y recrea en sus escritos”

Cuando Teofilo Terrero, coordinador de los homenajes de calles, me convidó a conversar sobre Margarita Luciano, elegí centrar mis palabras en su vocación y algunas facetas de su vida profesional que hemos compartido por casi 30 años, lo cual me ha permitido conocerle.

Penetrar el mundo del niño, instruirle, sumergir el alma en la de ellos, transformar su fantasía es aportar a su libertad, a la sencillez de cómo ellos miran la vida. El alma de un niño nos convoca y ella es un caudal de recursos que Margarita como un hada ama y recrea en sus escritos. La sensibilidad por los infantes ha existido en la humanidad desde los tiempos más antiguos, desde el mundo hebraico, en la cristiandad, durante la edad media con tantos humildes propagadores de cultura que han divertido a los pueblos, a través de gestas, cuentos y fábulas.

Hoy, nuestro país cuenta con hadas y duendes que se dedican a este quehacer y se sienten impulsados a ayudar a los pequeños a encontrar el significado de su propia existencia. Entre esas hadas, Margarita está presente. Ella se integra a ese conjunto en los inicios de los años 80.

¿Y cómo inicia su labor como escritora? Por lo que ella me ha contado, el medio donde ella despierta su infancia fue un caldo de cultivo para la inspiración y prueba de ello son algunas de sus obras que retratan la vida del campo y otras vivencias que ella albergó en la infancia. Su última obra, la novela juvenil “Por los caminos del monte”, es una clara alusión a la vida del campo, a la naturaleza, cargada de emotividad, escrita en un lenguaje sencillo y directo, con una parte que la enriquece, como es el vocabulario de expresiones campesinas y populares, lo cual hace más comprensibles los textos.



Espacio para la literatura infantil en Isla Abierta

En una ocasión, el iluminado escritor ya fallecido don Manuel Rueda, invitó a Margarita a participar como columnista de los sábados en el suplemento “Isla Abierta” del periódico Hoy; allí tanto ella como una servidora además de escribir textos, teníamos que hacer la entrega de los mismos acompañados de un dibujo creado por nosotras. Allí se inició una labor para la prensa, alrededor del tema literario.

Fueron múltiples los artículos y eso nos llevó a una reflexión de hacer un trabajo conjunto para dar a conocer algunos temas propios de la teoría de la literatura infantil. Encontramos una aliada que nos ayudó a organizar el trabajo: Olga Luciano y Rafael Enrique su hijo junto a un amiguito de entonces Orlando Guerrero, quienes ilustraron la obra. Reunimos el dinerito que teníamos y editamos el primer volumen, con la dicha de que el segundo volumen resultó de la acogida que recibió de dos editores españoles y así se realizó la segunda edición que circuló en España y en nuestro país. Hoy el texto ha tenido acogida en las aulas universitarias; Margarita se ha encargado de mantener su vigencia y lleva tres reediciones.



Talleres en el interior y un pañuelo a la cabeza


¿Pero qué la inclinó a este quehacer? No puedo exactamente hablar por ella pero sé por su vocación e intenciones que influyó la necesidad de procurar, crear y difundir literatura de autores dominicanos, la necesidad de contar no solo con creadores sino también con personas que fueran capaces de trabajar una base teórica fundamental para producir temas prácticos y de que los maestros y alumnos de pedagogía contaran con algún material para trabajar en las aulas. En esos afanes tuve la vivencia de ir con Margarita a pueblos del interior, donde nos pagaban una suma ínfima para ofrecer talleres a niños y maestros, y viajando en las llamadas guaguas voladoras que iban y venían a los diferentes pueblos, nos amarrábamos un pañuelo en la cabeza  porque a veces las guaguas no tenían ni cristales. Así caminamos por campos, zonas rurales, urbanas, escuelas y otros lugares, llevando la inquietud de las lecturas infantiles. Esto también es parte de las coincidencias.

Otro factor fundamental es el magisterio. Ha sido una constante en la vida de algunas educadoras dominicanas dedicarse a escribir y que en otro contexto en nuestro país, estuvieron inclinadas por el quehacer de la literatura infantil; mencionamos a Patria Mella, Aurora Tavárez Belliard, Zoraida Heredia Vda. Suncar, Livia Veloz, Aída Rodríguez de Fernández y otras con no menos renombre y prestigio que le dan brillo no solo a la educación sino al quehacer literario.

El caso de Edna Garrido de Boggs, a quien Margarita ha estudiado profundamente, acerca mucho a las tradiciones dominicanas, con un material que resulta familiar, aunque presenta variantes entre ciudades y pueblos.



En las causas de los maestros

Nuestra homenajeada, especialista en Matemáticas y en Lengua Española, labora como una abeja productiva, siempre está inventando algo -como digo-, crea, vive y sublima sus quehaceres, con soluciones positivas. Fundó el Colegio Creciendo, antes Educando. Es una persona muy familiar, de espíritu nacionalista, lo cual transfiere a sus textos; se opone radicalmente al abuso en todo sentido, es laboriosa. Solidaria y justa.

Su espíritu de justicia provocó también que nos identificáramos en las causas justas de los maestros quienes en los años 80 fueron víctimas de unos salarios muy escasos y en medio de esas luchas de la ADP, en ocasiones nos negábamos como técnicos del sistema educativo a ponernos de parte de las autoridades para ir a los medios de comunicación a desmeritar la lucha magisterial. Nos negamos siempre absteniéndonos de acompañar a participar en las vistas televisivas para atacar a nuestra propia clase, generalmente no nos comunicábamos entre sí, pero asumíamos la misma actitud.



La batalla por la literatura infantil

En los años 80 y 90 en plenos afanes por difundir la literatura para niños, nos entrevistaron los comunicadores más notables en todos los medios televisivos: Yaqui Núñez del Risco, Socorro Castellanos, Miledy de Cabral, José Rafael Lantigua, quien tenía un programa en el canal 13, y otras personalidades de la comunicación. Ella realizó colaboraciones en el Observatorio Cultural que él dirigía en aquella época en el periódico Listín Diario.

La batalla por la literatura infantil no ha sido fácil; ha habido escollos y éxitos. Hace 20 años en República Dominicana no se podía hablar de ese tema con la propiedad que hoy lo hacemos y eso en parte se lo debemos a los esfuerzos que hacen algunas entidades publicas y privadas: Ministerios de Educación y de Cultura, Despacho de la Primera Dama, así como editoriales, las ferias internacionales del libro y sobre todo a esos duendes: los escritores de libros para niños y a Margarita Luciano, una luchadora y trabajadora incansable.



Donde mucha gente aún subestima a los escritores para niños

Como nos decía doña Zoraida, es loable dedicar su vida a escribir para niños, donde mucha gente aún subestima a los escritores para niños porque los considera autores de una literatura de menor valor e importancia, aunque sabemos que es todo lo contrario, porque el niño empieza un desarrollo cognoscitivo al calor de las lecturas infantiles. Además escribir para niños implica conocer sus intereses, vocabulario y sobre todo volver a ser niños, que es lo más importante.

Para referirse a este tema, en el prólogo del libro “Literatura infantil y desarrollo creativo” dice doña Zoraida: “Ser planta y conversar con ella, hormiga o abeja y laborar en su medio… Los que escriben para niños tienen que volver a ser niños, para penetrar la urdimbre de sus fantasías, volver a pasear por el infinito, viajar a la luna o convertirla en queso, caminar por las profundidades del mar, volar hasta el sol, subir a una estrella, jugar con gnomos, duendes y gigantes, ser mariposa de muchos colores y volar, volar”.

En realidad, eso es lo que Margarita ha hecho: ser mariposa de muchos colores y poner a volar su imaginación creadora para regalarnos una serie de temas enriquecedores para el público infantil.

Gracias Margarita, porque eres un ser humano ejemplar y por las múltiples obras educativas, inventos creativos, libros de textos, literatura para niños y por contribuir con tu legado a crear una generación de niños lectores. Y sobre todo, por celebrar la vida junto a tu amada familia. Sé que tanto tu esposo como Rafael Enrique, Guillermo y tu nieto, igual Patricia tu nueva hija, tus hermanos y toda tu familia, ríen con gozo y experimentan la alegría compartida en este hermoso día que te regala el Ministerio de Cultura en nombre de todo el pueblo dominicano.

Te queremos.

Eleanor Grimaldi Silié
junio 2011

Las tres palomas y el monstruo de cera


No hace muchos años vivía bien cerca de aquí, en tres cuevas oscuras,
un monstruo de cera que no podía presentarse a la luz.
Por las noches salía con sus perros rabiosos a robarse a los niños.
A algunos los devoraba y a otros los encerraba en negras jaulas hasta verlos morir.
Un día, tres hermanitas, que eran amigas de los niños,
decidieron ir hasta donde los tenían encerrados para devolverles su liberad.
Caminaron por ríos y montañas.
Caminaron por valles y bosques.
Caminaron por lagunas y llanos y tanto caminaron que, al llegar la noche, se quedaron dormidas.

Entonces llegaron los perros rabiosos del monstruo de cera y asesinaron a las tres niñas, lanzándolas por un precipicio. Pero cuando ellas cayeron, de su sangre salieron tres palomas: una blanca, una azul y otra roja.
Las palomas subieron volando lejos, muy lejos; alto, muy alto; libres, muy libres...
hasta llegar al sol, a las estrellas, a la luna.

La paloma roja bajó trayendo al sol.
La paloma azul regresó con la luna.
La paloma blanca trajo a las estrellas.

Entonces, el monstruo de cera y sus perros rabiosos salieron corriendo y se escondieron en la primera cueva.
Pero la paloma azul les lanzó a la luna, destruyendo la cueva y a una tercera parte de los perros rabiosos.
La paloma sopló y los convirtió en piedras.

El monstruo y los demás perros rabiosos corrieron a la segunda cueva, pero la paloma blanca les arrojó una estrella, acabando con otra tercera parte de los perros rabiosos y la segunda cueva.
La paloma sopló y los convirtió en lodo.

El monstruo y los perros rabiosos que quedaban huyeron hasta la última cueva.
La paloma roja levantó sus alas y les lanzó la luz del sol, matando a todos los perros, destruyendo la cueva y derrotando al monstruo de cera.
La paloma sopló y los convirtió en caca.

Entonces, las tres palomas abrieron todas las jaulas y los niños volvieron a ser libres.

© JIMMY SIERRA, La ciudad de los fantasmas de chocolate, 1986

lunes, 27 de junio de 2011

Palabras del Dr. Marcio Veloz Maggiolo en la puesta en circulación del libro: Literatura Infantil y Desarrollo Creativo de Margarita Luciano y Eleanor Grimaldi (1996)


Literatura infantil y desarrollo creativo

Margarita Luciano y Eleanor Grimaldi han dedicado su vida a los niños y han hecho de la Literatura Infantil uno de sus caminos favoritos. Pero no sólo son dos profesoras que han elaborado el cuento y la literatura de este género, sino que han intentado hacer de este tipo de manifestación algo con sentido educativo, basándose en la importancia del mensaje, y en aquella parte de la vida infantil en la cual es posible hacer que el mensaje produzca positivos resultados.
De modo que este libro titulado Literatura Infantil y Desarrollo Creativo no es sólo una obra creativa a su vez, sino un texto llamativo que nos propone como llevar al niño, y al adolescente a veces, hacia un conocimiento de la literatura, generando para ello técnicas y modelos que el maestro y el enseñante pueden ejercer como una guía suave para el logro de verdaderas conciencias.
Este libro despierta muchas inquietudes. Los que escribimos textos para niños lo hacemos en ocasiones colocándonos en lugar del lectorcito que habrá de leernos. A veces intentamos infantilizarnos, descender a la infancia y a la vez que lo hacemos, nos contamos a nosotros mismos la historia que el niño leerá. Todo escritor es también su primer lector. Ahora bien, no todos tenemos la capacidad de ser niños.
La narrativa que creemos infantil algo del adulto y es por eso que no acertamos en ocasiones, una atención válida de seres que por su simplicidad nos obligan a una reformulación literaria.
Este libro de Margarita Luciano López y Eleanor Grimaldi Silié resulta para mí fascinante. No pensé que hubieran técnicas, consejas y modas tan pormenorizadas para escribir de los niños y para los niños. El libro me ha permitido comprender que escribir para la infancia es una responsabilidad enorme, y que al hacerlo, debemos tener en cuenta muchos de los consejos que las autoras dan al maestro que intenta iniciar a sus pequeños en la lectura.
Para ellas lo primordial de una buena literatura infantil o dedicada a los infantes, es el aspecto creativo. Digo infantil o dedicado a los infantes, porque de pronto he aprendido con ellas, he visto que hay literatura adulta para niños o literatura de adultos para niños y literatura de niños para niños.
La literatura infantil, tiene por tanto, diferentes orígenes, diversos géneros expresivos, y vale la pena apuntar que las autoras consideran que los mismos se expresan oralmente, por escrito, visualmente, audiovisualmente, plásticamente. Sería más que nada una narrativa a través de diversos modos expresivos que recogen diferentes modelos de expresarse si se quiere, porque como bien señalan las autoras, es el inicio de un proceso estético, un comenzar a desarrollar en el niño formas estéticas que serán fundamentales en el transcurso de su vida, y que posiblemente, en muchos casos, abrirán en el nuevo lector una afición permanente al arte, a la cultura, a los contenidos que pudiera tener la literatura en la más temprana infancia.
Este libro didáctico y creativo a la vez, es un acicate para profesores y escritores. Las autoras no se quedan en lo definitocio de sus textos, sino que se adentran en las fórmulas de hacer posible que la literatura produzca sus resultados. Los ejemplos son torrenciales, y el uso de textos casi siempre antillanos, dominicanos y latinoamericanos, entre los que se encuentran algunas de las creaciones de ambas autoras, permite al dominicano un mejor conocimiento de los claros planteamientos que las autoras han desarrollado.
Para el logro de sus ejemplos, el libro acude no sólo a la literatura de autor conocido, sino a la de autor anónimo, rescatando para la infancia nuestra, muchas de las formas folclóricas que han estado vigentes y que comienzan a perderse. Otro punto de interés de la obra es la insistencia en la versión de métricas fáciles y de trabajos de literatura para niños de autores nacionales conocidos.
Las autoras consideran que los lobros que se pueden obtener con la literatura infantil abarcan lo artístico literario, el ritmo de los textos, la musicalidad, generando en el niño múltiples trabajos manuales, de interpretación, de repetición de textos a su modo, incentivando la creatividad al través de los trozos literarios, bajo una dirección bien ejercida en la que es posible además, adentrar al niño, a través de la literatura, en los problemas de hoy, en los valores del paisaje, la ecología, la cultura, el ámbito de su diario vivir, etc.
Estos últimos son los llamados valores humanos, que según las autoras son complementados por los valores didácticos, vigentes en la literatura cuando la misma es enseñada como un modelo analizable. La captación de contenidos explicatiovs y situaciones que enseñan a la vez que son agradables, deben concurrir en la literatura llamada infantil.
Los valores morales, estéticos, así como los hábitos de higiene, alimentación y otros, son un canal que puede aprovecharse en la literatura infantil para entregarle al niño una formal cosecha de recursos que naciendo de lo literario se fijan en su conducta cotidiana.
Para que todo esto sea posible, deberá existir un proyecto de lectura analizado y bien planificado. Entonces ya la literatura infantil no es sólo un goce estético, sino una forma de la educación que enriquece la que pueda ser formal en los programas escolares. El niño desarrollará su capacidad para dilucidar y pensar, su capacidad de resumir, su capacidad de darle sentido.



Como se ve, la literatura infantil ya no nos resulta tan pueril ni tan inocente en el mejor sentido de la palabra. Cuando los que escribimos para niños nos acercamos a la infancia, nos vemos como tales; pero nunca nos preguntamos qué hubiésemos nosotros querido contar, no nos preguntamos qué hubiese sido para nosotros mejor: Oír el cuento de Juan Bobo y Pedro Animal o contar nuestro propio cuento.
Recuerdo que Romeo Martínez, un amiguito de la infancia, se daba a la tarea de contar cuentos sosos, que él se inventaba y que para nosotros no tenían el sabor de los que nos enseñaban los narradores que eran nuestros padres: cuentos de Simbad, cuentos de princesas besadas por príncipes solitarios en blancos y nebulosos caballos. Los cuentos de Andersen y de Grimm de los que nos hablan Eleanor y Margarita se habían alojado en nuestras mentes, ocupándolas de tal manera que las flojas invenciones de Romeo Martínez nos parecían banales. Sin embargo, con los años he pensado que a lo mejor lo que Romeo narraba, producto de su ingenio infantil, sería más auténtico que las princesas de los alemanes y que los animales de Esopo y Samaniego. Romeo no era un escritor adulto que hacía cuentos para niños. Recuerdo que un buen día, doña Gloria Barrios se reía a carcajadas de uno de los cuentos de Romeo. "¡Qué muchacho tan embustero!" -gritaba. Romeo se había refugiado en uno de los callejones de la calle Ravelo y lloraba. Doña Gloria no tenía suficiente imaginación para entender que todos los niños del mundo, cuando narran un cuento de su cosecha, lo dan como cierto. Supimos que Romeo había contado que en la Clínica de Grillo, un médico cubano que habitaba la calle Santiago Rodríguez, había llevado un niño de cuatro años al que aún no le salían los dientes y que el Dr. Grillo había ordenado que se le hiciera una caja de dientes para que cuando fuera creciendo pudiera comer mejor. Romeo, que tenía ocho años, no era como los niños de ahora, criados al borde de un televisor. Su madre, Consuelo, lo foeteaba con una correa de tres flecos cuando llegaba a las nueve de la noche y no se hallaba acostado, y para él, decir una mentira de aquel tamaño era una especie de cuento que lo llenaba de prestigio. Cuando lo encontramos llorando, en vez de acompañarle en su dolor, le hicimos tremenda burla y entonces fue cuando se dio a un llanto que hizo salir a los vecinos y que además, cosa trágica, avergonzó a Consuelo, quien le dijo que "a quién salía tan mentiroso este muchacho de la mierda".
Yo perdí a Romeo en el curso de los años. Me lo encontré en Nueva York un buen día y recuerdo aquel cuento.
-Ya tú vez -me dijo. Me dicen que has escrito muchísimos embustes sobre Villa Francisca y que hasta te ganaste unos premios con esas mentiras... ¡Si hubieras sido hijo de Consuelo odiarías eso de escribir!
Desde entonces he querido creer que toda mentira dicha por un niño es parte de su literatura personal. Que las primeras mentiras son un dechado de imaginación y que a partir de mentir entramos a escribir, a crear. Los novelistas, los poetas, los dramaturgos, cuyas obras se tratan de manera grácil y precisa en este libro que presentamos, son en verdad mentirosos con licencia. Tenemos la desvergüenza de construir una realidad en base a otras, de cambiar, rostros, fechas y hechos, porque la primera vez que mentimos tal vez nos elogiaron, supimos hacerlo mejor que Romeo, menos burdamente, y los elogios se convirtieron, tal vez, en ese primer espaldarazo del cual no tenemos recuerdo, pero que debe estar escondido en algún rincón de la memoria; piedra de recuerdo que un día chispea y desencadena otros recuerdos y hace posible que volvamos a retomar lo perdido.
Presentar un libro no es hacer una crítica, sino un perfil. Pero resulta que esta obra tiene una enorme variedad de características. Creo que es la más completa sobre el tema en la Republica Dominicana. Está hecha con verdadero amor, y será sin dudas un libro de consulta para maestros, padres y para todo el que desee comportarse como un orientador o un creador en lo relativo al niño dominicano.
Vale decir que es un libro hecho con la experiencia dominicana. Que su enorme recorrido por todas las posibilidades históricas, sociales, culturales, de la literatura infantil o para niños, es una garantía de que existe un texto completísimo con el cual podremos inventivar nuestra infancia. Tiene sólo un problema: que para aprender a usarlo hay que leerlo y gustarlo. Una vez hecho este agradable esfuerzo, estaremos preparados para transmitir esas ideas de creatividad y de creación que harán del lector infantil no un ente pasivo, sino todo lo contrario, un activo creador de cultura desde los años más tempranos.

Dr. Marcio Veloz Maggiolo

21 de noviembre de 1996

lunes, 20 de junio de 2011

UNA OBRA QUE SE ME HABÍA ESCAPADO TODOS ESTOS AÑOS

He contado varias veces que mi deporte favorito es organizar los libros los fines de semana. Hoy, me he detenido en uno que se supone debí haber leído hace tiempo, pero por esas cosas de andar siempre en déficit, lo había sencillamente olvidado. Se trata de La ciudad de los fantasmas de chocolate de Jimmy Sierra. No lo he terminado de leer pero estoy gratamente sorprendida. Para no perder tiempo, voy a compartir el prólogo que está firmado por el profesor Narciso González. Es digno de mantener siempre presente.


SI YO FUERA PROLOGUISTA
I
Si yo fuera un hacedor de prólogos hubiera escrito una buena introducción para este libro titulado La ciudad de los fantasmas de chocolate.
¿Para qué quisiera prologar este libro de cuentos de Jimmy Sierra? Para llamar la atención sobre cuatro aspectos:


   Los protagonistas,
   Los recursos formales,
   Los lectores escogidos y
   Su valor ideológico-cultural.


Parece casi imposible hacer cuentos para niños con personajes reales. La recurrencia a los Pinochos, Caperucitas, Gulliver, Cenicientas, etc., es el camino casi obligado de la literatura infantil.
Sin embargo, estos fantasmas de chocolate de Jimmy, son personajes reales: De la historia cotidiana; situados en un tiempo concreto (los años 50); en lugares verdaderos (Villa Juana,Villa Consuelo...); y con las peculiaridades físicas y psicológicas con las cuales maravillaron a sus contemporáneos.


Sí. De haber sido yo un prologuista, hubiera resaltado que esos Clinche, Rana Bola, Capitán, Barajita, El Maco Pen Pen, y tantos otros, son seres tan verdaderos como esas tres palomas (las Mirabal). Y que tienen parecido valor, porque como ya se ha dicho "la locura es la caricatura de la libertad".


II
Pero... ¿pueden servir esos personajes de la historia cotidiana para hacer literatura para niños? Eso está determinado por los recursos formales.
El lenguaje es claro; no hay descripciones extensas; los párrafos son cortos, los adjetivos ajustados; hay buena presencia de gerundios.
Y, de haber sido yo un prologuista, hubiera destacado como Julio Samuel Sierra, sin pertenecer al partido de nosotros los versificadores, consigue logros con el uso de la rima, recurso éste muy efectivo para el sensible oído de los niños. hasta se mete en el difícil acróstico, como cuando la mitad del monstruo le dice Clinche:


Viene con la luz del día
Entre sombras a luchar,
Rompiendo todas las dudas
Derrota la oscuridad:
Amiga de los valientes
Dueña de la oscuridad.


III
Pero el triángulo literario está formado por: Autor, Obra y Público. Eso quiere decir que la valoración de una obra comienza desde el momento en que el autor determina a quién va dirigida su creación. Y en el caso que nos ocupa, se trata de los niños.


De haber sido yo el prologuista de La ciudad de los fantasmas de chocolate hubiera ponderado ese hecho de ser narrativa para niños. Hubiera recordado el proverbio oriental: "el pensamiento camina más aprisa pero el corazón llega más lejos"; y la necesidad de dirigir el mayor número de creaciones progresivas a la infancia, retornando siempre a la sentencia Martiana de que "Los niños son la esperanza del mundo".


IV
Y acabaría ponderando el valor ideológico-cultural de estos cuentos.
En un país donde la Dependencia es un incendio que destruye no solamente los valores nacionales presentes sino que, además, borra el pasado; en un momento en que la Penetración se traduce en Chapulines alienantes, películas sobre violencia y drogas, y todo tipo de difusión que impide la reflexión sana, es una verdadera alegría encontrar estos fantasmas de chocolate cuyas acciones y mensajes buscan afanosamente el progreso espiritual.


Así como Cervantes dijo de sus Novelas Ejemplares: "Heles dado el nombre de ejemplares porque si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo provechoso", así mismo Jimmy podría estar orgulloso de que en sus cuentos de chocolate no hay ninguno donde no se pueda saborear el dulce del bien y la verdad.


Me hubiera gustado ser el prologuista de La ciudad de los fantasmas de chocolate. Pero me conformo con llamar la atención a los verdaderos prologuistas que son los adultos (padres, maestros, tíos, amigos) que tienen la misión de introducir la obra entre aquéllos que son la esperanza del mundo.


N A R C I Z A S O


JIMMY SIERRA, autor de La ciudad de los fantasmas de chocolate
La ciudad de los fantasmas de chocolate

Mateo Morrison

Jimmy Sierra tiene una larga trayectoria de aportes culturales en las más diversas vertientes del conocimiento. Fue él quien, a través del Movimiento Cultural Universitario, abrió de forma definitiva nuevos espacios para jóvenes creadores de los barrios, en un país cuya literatura estaba prácticamente tomada por las elites.
Ahora nos presenta la segunda edición de su libro de relatos La ciudad de los fantasmas de chocolate.
Junto a Antonio Lockward y a Fernando Sánchez, había publicado el libro “Bordeando el río”, con prólogo de Pedro Mir. En este género mereció el primer premio del concurso auspiciado por la prestigiosa revista El Cuento, de México. Y digo género a sabiendas de la complejidad de la literatura actual que dificulta encasillar las producciones literarias a un esquema cuya utilidad principal es la didáctica, pues en realidad los llamados géneros no son compartimientos estancados.
La ciudad de los fantasmas de chocolate es más que un libro de cuentos y, precisamente, lo literario, lo ético y lo didáctico se hermanan produciendo un resultado que debería estar presente en la lectura de los estudiantes del país. Y es que con un lenguaje llano y eficiente, estructurado con inteligencia, se cumplen los parámetros de Vladimir Propp a partir de su Morfología del cuento publicada en 1918 y que tanto influyó en autores como Claude Lévi-Strauss y Roland Barthes.
En el lúcido prólogo escrito por Narciso González, leemos: «El triángulo literario está formado por: Autor, Obra y Público. Eso quiere decir que la valoración de una obra comienza desde el momento en que el autor determina a quién va dirigida su creación. Y en el caso que nos ocupa, se trata de los niños».
La fructífera trayectoria como gestor cultural y promotor de las más diversas manifestaciones de nuestra cultura podría hacer que nos olvidemos del creador y, precisamente con este libro, que oí mencionar por primera vez a Manuel Rueda y luego a Jeannette Miller, este escritor se sitúa a un nivel de exigencia en el género cuentístico de raigambre popular.
Ya es tiempo de que reconozcamos los aportes de este incansable trabajador de la cultura. La calidad de este libro es el pretexto que tengo para hacer el más grande de los homenajes a quien ha contribuido a la democratización de la cultura, haciendo que muchos de nosotros ocupáramos una butaca en el escenario de la vida literaria y cultural del país sin tener que quitársela a nadie, sencillamente incorporando a jóvenes de los barrios a la tradición literaria.



domingo, 12 de junio de 2011

Primicia: ESPERANZA, la novela de Brunilda Contreras

Escritora Brunilda Contreras
Novela para niños y jóvenes ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Aurora Tavárez Belliard 2010.



martes, 7 de junio de 2011

Brunilda Contreras es la ganadora del Aurora Tavárez Belliard 2010

Margarita Luciano y Brunilda Contreras: Ambas premio nacional de Literatura Infantil y Juvenil

Brunilda Contreras, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2010 junto a Lucía Amelia Cabral, en la inauguración de la calle de esta última en la pasada Feria Internacional del Libro

La obra ganadora es una novela titulada Esperanza” y ha sido publicada por la autora, como es ya su costumbre, autogestionada, es decir, con sus propios fondos y el apoyo de Intergrafic, la empresa editorial de Lucía Amelia Cabral. Ahora que ha ganado, será asumida por la Editora Nacional que tan eficazmente dirige el poeta y humanista León Félix Batista

Cuerpo en una burbuja: una innovación de la poesía dominicana

Ryan Santos Agradable ha sido para mí sumergirme en otra obra del prolífico escritor dominicano Julio Adames, a quien tuve la oportunidad de...