miércoles, 30 de marzo de 2016

GANAR LA TARDE


Mañana es día de fiesta
y bajo lo ancho del cielo
vamos a ganar la tarde
en charlas con nuestro abuelo,
viejo amigo que nos lleva
hasta los tiempos remotos
en que por ventura fue
un niño, como nosotros...
Muy lindas historias tiene
nuestro buen abuelo, ved:
la historia del marinero
que se moría de sed,
la historia del pez martillo,
la historia que no se cuenta,
la de la costa encantada,
la del gigante de menta…
—Abuelo, ¿y de dónde vienen
contigo tantas historias?
—Las saco de unas gavetas
abiertas en mi memoria.-
…Y construye con nosotros
el barquito de papel;
prometió poner más agua
si navegamos con él,
“dueño cierto de los mares”.
“¡prodigio de timonel!”
-el muchachito perdido
en sus memorias de ayer
montado en barcos piratas,
cruzando un mar de papel…
¡Qué deliciosas las tardes
de charlas con nuestro abuelo!
¡Vamos a pasar mañana
la tarde con nuestro abuelo!

Leopoldo Minaya, 1986.

MI NIÑA ME PIDE UN CUENTO


Mi niña me pide un cuento
donde no existan villanos…
Donde la bruja se casa
con el príncipe encantado,
donde todos los galanes
dejaron ya de ser sapos,
y la madrastra es alegre,
y todo el bosque está claro,
las noches tienen estrellas
y no hay ruido en los tejados,
donde los sueños son bellos
y los caballos son blancos
donde canciones de cunas
arrullan niños y ancianos,
donde por cada clavel
hay un colibrí zumbando…
Mi niña me pide un cuento
donde no existan villanos…
Y yo que soy todo oído
cuando ella me pide algo,
salgo a buscar al tintero
un nuevo cuento encantado.
Un cuento donde la luna
baile con el sol un tango,
donde las flores se vistan
con su vestido rosado,
donde todos los jazmines
den sus olores al prado,
donde desfilen bailando
mil elefantes rosados,
y un millón de mariposas
hagan posible el milagro
de escribir sobre la brisa
el cuento que ella ha soñado.
Mi niña me pide un cuento:
¡Ay! Si pudiera crearlo.

César Sánchez Beras

* Para los duendes Omar Messon, Leopoldo Minaya y Leibi Ng.



CANTO MARINO PARA UN BEBE por OMAR MESSÓN


Para Leibi Ng y César Sánchez Beras, que me guiñaron un ojo.



Te invito niño a zarpar
en la barca de mis sueños
y a disfrutar los ensueños
que ganas al navegar,
y a solucionar sonrientes
entre las olas rompientes,
los acertijos del mar,
y yo te invito a surcar
en esta barca divina
las ondas con que se anima
el alma del universo,
yo te invito a hacer el verso
desde el batir de las velas
y a buscar en las estelas
la poesía de los mares,
a divisar calamares
y ver al pez volador
queriendo ser ruiseñor
en el avatar del viento,
y quiero que en el momento
en que aparezca la raya
hagamos una rondalla
con toda la sinfonía,
busquemos la fantasía
del jurel y la sardina,
y el espíritu se anima
a cantarle a la marea
y que todo el mundo vea
la felicidad que siente
un niño que de repente
sigue el baile de las olas
y vámonos con la sola
actitud de navegar
y hagamos un recital
hasta volver a la playa
para que nunca se vaya
de tu boca la sonrisa
porque en el mar se eterniza
la bondad del universo,
por eso escribo estos versos
con los sentires más puros,
pero tenlo bien pendiente,
para mi tú eres futuro
pero más eres presente.

OMAR MESSÓN

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